M.ª Pilar Rueda Requena presentó en el XVII Congreso de Escritores por los Derechos Humanos una propuesta ética y transformadora que une justicia social y cultura de paz.
Por Ehab Soltan
HoyLunes – Valencia se convirtió el día de ayer, 26 de septiembre de 2025, en una gran plaza del pensamiento y la palabra, con la inauguración del XVII Congreso de Escritores por los Derechos Humanos, organizado por el Ateneo Blasco Ibáñez junto a la Facultad de Derecho de la Universitat de València y el Consell de Cultura de la Generalitat, reuniendo a voces de todo el país en torno a un mismo horizonte: el de la dignidad humana, continuando el día de hoy con la participación de otros ponentes expertos en el tema.
En ese encuentro, la intervención de M.ª Pilar Rueda Requena, presidenta de la Asociación Valenciana para el Fomento de la Economía del Bien Común (AVEBC), aportó una mirada distinta y necesaria. Su ponencia, titulada “La economía del bien común, valor para la paz”, recordó que la economía no es solo números, sino también ética, convivencia y futuro compartido.
Rueda Requena habló desde la experiencia y la acción, fruto de su trayectoria como formadora, investigadora y autora de «El Municipio del Bien Común». Defendió que otra forma de entender la economía es posible: una economía que priorice la cooperación sobre la competencia, la justicia sobre el privilegio y la sostenibilidad sobre el desgaste.
Con un tono cercano y claro, subrayó: «La paz no puede florecer si la economía siembra desigualdades»., invitando a reflexionar sobre cómo las decisiones económicas inciden directamente en la vida de las personas y en la posibilidad de construir sociedades más justas.
El congreso abordó cuestiones tan diversas como los derechos de las mujeres árabes, la crisis habitacional, el impacto de la inteligencia artificial en la dignidad humana o los conflictos en Oriente Medio. En ese marco, la intervención de Rueda Requena puso sobre la mesa una idea esencial: los derechos humanos también se juegan en el terreno económico.
Su propuesta no se presentó como una fórmula cerrada, sino como una invitación a imaginar un mundo en el que los mercados estén al servicio de las personas y no al revés. Una apuesta por sembrar conciencia y acción colectiva en tiempos en que la indiferencia amenaza con normalizar la desigualdad.
El XVII Congreso de Escritores por los Derechos Humanos dejó así, en cada palabra y en cada ponencia, un testimonio de diálogo y compromiso. La voz de Pilar Rueda recordó que la paz comienza en lo cotidiano, en la manera en que producimos, consumimos y compartimos.
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